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Día Internacional de Lucha contra la violencia de género

Día Internacional de Lucha contra la violencia de género

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dia-violencia-generoHoy, 25 de Noviembre, es el día internacional de lucha contra la violencia de género. Este día fue aprobado, con carácter oficial, por la Asamblea General de Naciones Unidas. Se eligió este día para conmemorar el violento asesinato de las hermanas Mirabal (Patria, Minerva y Maria Teresa), tres activistas políticas asesinadas el 25 de noviembre de 1960 por órdenes del dictador Rafael Leónidas Trujillo en la República Dominicana.

En 1993, esta Asamblea, aprobó la declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, en la que se definió este tipo de violencia como:

“Todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la prohibición arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la vida privada”.

Muchas son las acciones, desde organismos públicos y privados, encaminadas a erradicar la violencia de género, pero no por ello han demostrado su total eficacia, ya que en lo que va de año, son 45 las mujeres muertas a manos de su pareja (al cierre de esta entrada). Cifra a la que hay que añadir toda víctima que haya interpuesto o no denuncia, que siguen sufriendo a diario en sus vidas este tipo de violencia.

La sensibilización social hacia la violencia de género es una herramienta determinante para su erradicación. Existen mitos y creencias acerca del maltrato arraigados en nuestra sociedad y conocerlos, es el primer paso para derribarlos.

Con motivo del día Internacional de Lucha contra la violencia de género, vamos a dedicar esta entrada a hablar sobre los mitos acerca de la violencia de género, ya que consideramos que, para prevenir la violencia contra las mujeres es imprescindible cuestionarse los mitos que alimentan su tolerancia social.

Esperamos con esta acción, aportar nuestro humilde granito de arena hacia la sensibilización y prevención de la violencia de género.

Mito: La persona maltrata porque tiene una historia psicopatológica anterior.

Realidad: Un porcentaje (10%) de los maltratadores presentan una historia psicopatológica anterior al maltrato. No siendo la vulnerabilidad de la persona un factor importante, aunque se haya pensado anteriormente que sí.

Por el contrario, en las víctimas, después del maltrato sí aumenta la posibilidad de aparición de psicopatología, como la depresión, la ansiedad, y trastornos por estrés postraumático, por ejemplo.

Mito: El problema del maltrato está muy exagerado.

Realidad: El maltrato es la causa más común de lesiones o daño en la mujer, más aún que los accidentes de tráfico, violaciones o robos.

La violencia física es la causa de un cuarto de todos los intentos de suicidio realizados por la mujer. El 20% de las consultas de guardia realizadas por mujeres son resultado del maltrato físico de novios o maridos. El 50% de los hogares padece alguna forma de violencia.

En lo que va de año, son 52 las mujeres fallecidas por violencia de género (a fecha de la edición de esta entrada).

Mito: Hombre y mujeres han peleado siempre; es natural.

Realidad: En cada familia o relación existen conflictos ocasionales o más o menos permanentes, pero no hay necesidad de resolverlos mediante la violencia. El maltrato es un delito de abuso, poder y control. El maltratador habitualmente piensa que tiene el derecho de controlar a su pareja por cualquier medio, aún a través de los golpes. La violencia no es una manera aceptable ni justificable para solucionar problemas, aún cuando sólo sea ocasionalmente.

Mito: El maltrato es un problema de las clases sociales bajas y de las poblaciones marginales.

Realidad: La violencia de género se produce en todas las clases sociales, sin distinción de factores sociales, raciales, económicos, educativos o religiosos. Las mujeres maltratadas de menores recursos económicos son más visibles debido a que buscan ayuda en las entidades estatales y figuran en las estadísticas. Suelen tener menores inhibiciones para hablar de este problema, al que consideran “normal”. Las mujeres con mayores recursos buscan apoyo en el ámbito privado y no figuran en las estadísticas. Cuanto mayor es el nivel social y educativo de la víctima, sus dificultades para desvelar el problema son mayores.

Mito: El maltrato generalmente se produce una sola vez. Debería ser un asunto familiar y no un delito.

Realidad: El incidente de maltrato rara vez es un hecho aislado. En realidad el maltrato generalmente se produce como una escalada en frecuencia e intensidad, con el agravante de tener un comienzo insidioso (la víctima no lo nota al principio).

La incidencia posterior de la violencia es menor cuando el maltratador es denunciado o arrestrado, que cuando la policía separa a las partes o actúa como mediadora. Las mujeres maltratadas se merecen la protección que, además, es un derecho, del sistema judicial y policial y necesitan de los recursos que la comunidad puede brindar. La mayor parte de las mujeres que consultan a las autoridades, lo hacen después de haber padecido un promedio de entre 8 y 12 años de violencia.

Mito: No existe la violación por parte de nuestra pareja

Realidad: Por lo menos una quinta parte de las mujeres maltratadas son forzadas a mantener relaciones sexuales durante el episodio de violencia o inmediatamente después. De la misma manera son forzadas a realizar actos sexuales indeseados. Un gran porcentaje reciben abuso sexual por parte de su pareja, incluyéndose aquí todo tipo de abuso sexual y no limitándose sólo a la penetración.

Mito: Si la mujer maltratada realmente quisiera, podría dejar a su maltratador.

Realidad: Muchas mujeres dejan a sus parejas. El maltrato es el motivo de un alto porcentaje de los divorcios.

Sin embargo, existen razones psicológicas, sociales, económicas, culturales, religiosas, legales y/o financieras que mantienen a las mujeres dentro de la relación.

La indefensión aprendida que se crea en la víctima, es decir, la imposibilidad de poder controlar, incapacita a la persona para responder ante la situación. Esta es una de las razones que hace que a la víctima le sea muy difícil escapar de la situación.

Además, el proceso de sumisión al que se ve expuesta durante toda la relación de maltrato y la debilitación como persona, y por tanto, de su autoestima, hace que le sea de suma dificultad tomar la decisión de abandonar la relación.

El miedo es otra de las razones que les hace permanecer en sus hogares. Los peores episodios de violencia suceden cuando intentan imponerse o abandonar a su pareja.

Los maltratadores tratan de evitar que las mujeres se vayan a través de amenazas de lastimarlas o matarlas, de lastimar o matar a alguien de su entorno, de matarse ellos o de quedarse con la tenencia de los hijos.

Mito: Las mujeres maltratadas son masoquistas y locas, provocan y disfrutan del maltrato.

Realidad: Las mujeres no provocan ni merecen el maltrato. Merecen una vida libre de violencia.

Nos encontramos frecuentemente con comentarios del tipo: “si las mujeres aguantan tanto o vuelven con el marido es porque son masoquistas”. De esta manera se le supone a la mujer un cierto placer de sufrimiento al tiempo que se le responsabiliza de su situación.

El maltrato instalado en la relación actúa como un lavado de cerebro propio de las situaciones de confinamiento. Emociones como el miedo, la vergüenza, la culpa o la confusión afectan a su capacidad defensiva quedando atrapadas en un estado de indefensión aprendida.

Los maltratadores comúnmente echan la culpa de su comportamiento a frustraciones menores, el abuso de alcohol o drogas o a lo que su pareja pudo haber dicho o hecho. La violencia, sin embargo, es su propia elección.

Mito: Los hombres que maltratan a sus mujeres están enfermos y no son responsables de sus acciones.

Realidad: El maltrato es un comportamiento aprendido de las experiencias de la infancia y de los mensajes sociales justificando la violencia contra las mujeres. Los hombres que maltratan a sus mujeres, son, por lo general, sumamente seductores y agradables. También son excelentes vecinos y cumplidores en sus obligaciones. Si realmente estuvieran enfermos serían violentos no sólo dentro del hogar, sino también fuera de él. Pocos de ellos presentan alguna patología. Los maltratadores no están fuera de control.

Mito: Una vez que se detienen los golpes, todo va a estar bien.

Realidad: El abuso psicológico, emocional, económico y sexual generalmente es anterior a los golpes y continúa aún cuando éstos se hayan detenido. Estos comportamientos también deben cesar para poder comenzar el proceso de reparación. Las mujeres maltratadas sienten miedo, ansiedad, indefensión, ira y vergüenza. Se desarrolla una muy pobre autoestima debido a los constantes insultos y desvalorización de su pareja. Habitualmente es aislada por su pareja y ha perdido contacto con amigos y familia. Suele estar asustada de ser culpabilizada por ellos de la violencia. El soporte de amigos, familiares y la comunidad son necesarios para reconocer sus fuerzas y para creer que ella es una buena persona que merece una vida libre de violencia. La recuperación de la violencia es un proceso que puede llevar un tiempo largo.

En resumen, podríamos afirmar, una vez que hemos destruido los mitos sobre la violencia de género, que:

  • Casi NUNCA hay una historia psicopatológica anterior en la persona que maltrata.
  • El problema de la violencia de género NO está muy exagerado, es un problema real, que al año deja decenas de víctimas muertas y miles de mujeres que la sufren a diario.
  • Hombres y mujeres han discutido siempre; pero la violencia NO es natural. No podemos confundir la discusión de pareja, con este tipo de violencia.
  • La violencia de género NO es sólo un problema de las clases sociales bajas y de las poblaciones marginales. Se da en cualquier estrato de la sociedad.
  • El maltrato NO se produce una sola vez. NO debería ser un asunto familiar privado, es un DELITO.
  • Aunque la mujer maltratada quiera, es MUY DIFÍCIL dejar al maltratador.
  • Existe la VIOLACIÓN en la pareja.
  • Las mujeres maltratadas NO son masoquistas ni locas, NO provocan ni disfrutan del maltrato.
  • Los hombres que maltratan a sus mujeres NO están enfermos y SÍ son responsables por sus acciones.
  • Una vez que se detienen los golpes, todo NO va a estar bien

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