A todos nos suena el concepto de resiliencia. Recordemos que se trata de la capacidad que tenemos los seres humanos para adaptarnos y sobreponernos a las situaciones adversas. Pero, cuando hablamos de crecimiento postraumático damos un paso más.
El crecimiento postraumático es un término joven en su estudio. Se habla de él, por primera vez a finales de los años 90, de la mano de Richard Tedeschi y Calhoun Lawrence, de la Universidad de Carolina del Norte.
Este concepto de crecimiento postraumático, surge de la idea, de que no necesariamente el trauma tiene por qué estar únicamente asociado al dolor. Es un concepto que habla del cambio psicológico positivo que vive una persona que ha pasado por una situación adversa.
El crecimiento postraumático no sólo hace referencia a la capacidad se sobrevivir a la situación adversa, sino que además, nos dice que la experiencia puede provocar un cambio positivo en la persona, que le lleva a una situación mejor respecto a aquella en la que se encontraba antes de ocurrir el suceso.
Por tanto, la diferencia básica entre resiliencia y crecimiento postraumático, radica en que la primera puede ser vista como una capacidad, y lo segundo, como el resultado de una experiencia.
Estos autores, proponen cinco resultados de cambio positivo:
A raíz del nacimiento de la psicología positiva, surgen numerosos estudios acerca de este concepto, en personas que han vivido un sucedo vital negativo (pérdida de un familiar, enfermedades, desastre natural, guerra,…) y todos concluyen en la misma línea: la posibilidad de cambio positivo. Es decir, una vez superado el proceso de duelo necesario, se produce un cambio vital, donde la persona experimenta una mejora personal.
Apoyo social. Tanto en la minimización del impacto del estresor, como en el crecimiento tras éste, contar con una red de apoyo social de calidad, ayuda a esta experiencia.
Expresión de las emociones. La capacidad de expresar las emociones, llorar, gritar, enfadarse,…nos ayuda a digerir y encaminarnos hacia el crecimiento.
Visión optimista. Centrarse en los recursos y orientarse a posibles soluciones, dejando de lado aquello que no dependa de nosotros.
Ser activos. Buscar el crecimiento y confiar en que el cambio es posible.
La vida no es fácil. Todos hemos pasado por situaciones que para nosotros han sido dolorosas. Pero, tenemos siempre que recordar, que más importante que aquello que nos sucede, es cómo afrontamos aquello que nos sucede.
Fuente de la imagen: fratela y pattyolaniel
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