Cómo liberarse de los pensamientos negativos

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¿Por qué surgen los pensamientos negativos?

Muchas de las ideas que hemos adquirido desde la infancia, nunca las hemos cuestionado seriamente, aunque a veces sean completamente irracionales. Estas ideas que tenemos arraigadas casi sin darnos cuenta, son, en muchas ocasiones, las responsables de los pensamientos negativos.

Suponen una contaminación mental, que muchas veces, nos juega malas pasadas. En ocasiones, nuestra actitud y comportamiento, están mediados por este tipo de creencias. Por eso es importante librarnos de ellas.

Albert Ellis, psicólogo creador de la Terapia Relacional Emotiva, ya habló de estas creencias, y de cómo, a partir de trabajarlas, podíamos modificar nuestras emociones.

¿Cómo eliminar los pensamientos negativos?

Algunas ideas que pueden ayudarnos a liberarnos de los pensamientos negativos que nos llevan a ver el mundo con una visión muy negativa y que nos hacen sufrir, son las siguientes:

Para ser feliz, no es necesario que todo el mundo nos aprecie y nos apruebe.

Es imposible caer bien a todo el mundo, por ello, simplemente intenta hacer las cosas bien sin preocuparte de contentar a todos.

Esto es importante. Si nos obsesionamos con la idea de que “necesita de los otros”, podemos acabar hipotecando nuestra vida, poniendo en manos de los demás el control de nuestros sentimientos, bienestar y nuestra salud mental al renunciar a mantener las propias opiniones, preferencias o puntos de vista.

No tienes que demostrar que lo entiendes todo, ni que eres bueno en todo.

Acepta tus limitaciones, errores y fallos. No te desesperes ni te culpabilices por las equivocaciones que puedas cometer.

Hemos de reconocer que no podemos ser el número uno en todas las cosas que hacemos. Por ello, puede resultarnos mucho más útil y adaptativo el centrarnos en lo que si sabemos hacer y en lo que hacemos bien.

Evita pensar que todo el que es malo merece un escarmiento sobre todo si lo pienso hacia mí mismo.

En lugar de ello, céntrate en el error, en lugar de en e errante, pues todos podemos cometer errores.

Desarrolla la capacidad de aceptar los propios errores, así como los ajenos como consecuencias inevitables de la propia naturaleza humana.

Acepta la idea de que las cosas no siempre salen como nos gustaría.

Si no sale una vez, ya saldrá la siguiente, lo que importa es que no pierdas la paciencia.

Puede sernos más útil y sano intentar cambiar aquellos que no va como nos gustaría. Y si no está en nuestra mano cambiarlo, céntrate en disminuir el malestar que te provoca la situación.

Las cosas no pasan porque así está escrito. En nuestra mano está la capacidad de controlar muchos de los acontecimientos que nos suceden.

Nada está escrito y no somos juguetes del destino y aunque no siempre conseguimos todo lo que nos proponemos, podemos lograr más de lo que nos creemos.

Deja de esperar siempre lo peor, deja de pensar que saldrá mal o que será peligroso.

La visión catastrofista de la vida no va a arreglar nada. De hecho puede empeorar nuestro rendimiento, dañar nuestra autoestima y hacernos sentir mal.

Hemos de saber que cualquier sufrimiento por adelantado es completamente inútil, pues nos impide disfrutar del momento actual y es un sufrimiento extra,  pues no va a restar sufrimiento al dolor real.

Enfréntate directamente a los problemas, en lugar de evitarlos o posponerlos.

El fracaso es el precio que hay que pagar por el éxito y es más lógico, razonable y sano considerar el hecho de fracasar de vez en cuando como la consecuencia natural de intentar nuevas cosas.

No es necesario apoyarnos en todo momento en alguien más fuerte en quien confiar.

Cuando nos apoyamos en alguien, debemos hacerlo desde la ayuda mutua, evitando la dependencia, fenómeno que nos hará más débiles y aumenta nuestros miedos y debilidades.

No siempre los demás saben más que tú, pues ellos también pueden equivocarse.

Lo que ocurrió en el pasado no tiene por qué afectarnos en el presente, ni determinar nuestra conducta futura.

El pasado debe servirnos para avanzar, para crecer y aprender de los errores.

Nuestros esfuerzos deben centrarse en atender a lo que aquí y ahora está pasando por nuestra mente, a todo aquello que queremos y podemos hacer y en cómo podemos llevarlo a cabo.

Si no atendemos a cuándo estamos teniendo este tipo de pensamientos, se pueden volver pensamientos recurrentes. Es por ello, que es importante saber detectarlos y trabajarlos de forma adecuada, para, que con el tiempo, en nuestra mente pesen más los pensamientos positivos.

 

Fuente de la imagen: blogspotwanttoknowtqn y forosdelavirgen

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