La Mitomanía o mentira patológica es un síntoma psicológico que se caracteriza por mentir de forma compulsiva y patológica, falseando la realidad para hacerla más soportable.
Cuando mentir es la única forma de relacionarnos con los demás y se convierte en un hábito, hablamos de mitomanía.
En este curioso síntoma, la persona que lo sufre puede llegar a tener incluso rasgos de personalidad paranoides, donde es posible, que desfiguren la idea que tienen sobre sí mismos, magnificándola como en un delirio de grandeza u ocultando datos con mentiras, con el fin de diseñar una historia, que usualmente, es creída por el sujeto.
La mitomanía, consiste en un impulso irrefrenable de mentir, que puede convertirse en un trastorno, o simplemente ser un síntoma de esa persona, que psicológicamente no está bien. En definitiva, podemos entender que la mitomanía es una tendencia patológica a deformar la realidad y mentir.
Los objetivos de la creación de las mentiras son muy variados. Se puede mentir pensando que se ganará prestigio, pensando que se mejorará la imagen que los demás tienen de uno mismo, se puede mentir para manipular a las personas o con el objetivo de hacer daño, o bien, mentir por aburrimiento.
El mitómano pasa inadvertido mientras no hablas con él, pero en el momento que se establece una relación con él, comienzan sus mentiras y al final son tantas que acaba siendo desenmascarado. Una vez que el mitómano hace frecuente su conducta de mentir, comienza a perder credibilidad entre su entorno. Algunas características del mentiroso patológico son:
La mitomanía no es inofensiva, pues tiene en la mayoría de los casos, efectos negativos sobre quien la padece y sobre quienes la sufren. De hecho es justamente lo contrario y no hay que subestimarla.
La mentira patológica tiene una serie de efectos en distintos niveles:
El peor escenario es cuando la mitomanía afecta a terceras personas. Esto ocurre cuando la compulsión de mentir está presente en personalidades antisociales, principalmente en estafadores, donde la forma de actuar para la consecución del delito, frecuentemente es el engaño para conseguir dinero o bienes.
Conocer el problema. Antes que nada, tenemos que informarnos sobre qué es la mitomanía y los mecanismos que la mantienen.
Intentar entenderlo. Para poder ayudar a una persona, sea cual sea el problema que tenga, lo primero que tenemos que hacer es entenderlo.
Hacerle ver las cosas con sutilidad. No es buena idea confrontar a un mentiroso compulsivo de forma directa. Lo ideal es hacerlo indirectamente, con argumentos a los que esa persona pueda llegar por sí misma.
Buscar ayuda. Es una entidad psicológica un tanto compleja y buscar apoyo profesional es una buena idea para que oriente y guíe el problema. Lo ideal, es orientar a la persona hacia que reciba tratamiento.
Fuente de la imagen: cuentosinfantiles, blogspot, feliciteca y
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