Ser feliz
«Por qué no me siento tan feliz como debería». «Qué debo hacer para ser feliz». «Si todo va bien, por qué no me siento feliz». «No tengo razones para no ser feliz». Me gustaría ser más feliz». «Cómo conseguir ser feliz». Éstos son algunos de los interrogantes que en ocasiones nos plantean.
¿Puede ser, que la felicidad esté sobrevalorada? ¿Se trata de ser feliz o estar feliz? Ahí lo dejamos para la reflexión personal.
¿Por qué se vuelve tan difícil eso de ser feliz?
Pues realmente, la respuesta es sencilla. Nos complicamos nosotros. Ya lo decía Epicteto: «no nos afecta lo que nos sucede, si no lo que nos decimos acerca de lo que nos sucede».
Con seguridad que muchos de nosotros nos hemos visto en la situación de tener que aconsejar a un amigo ante un determinado problema. Y quizás, en alguna ocasión, nos hemos dicho a nosotros mismos, «cuidado con lo que se está agobiando». Vale, para nosotros no es importante, pero para este amigo sí. Quizás, algo que es importante para nosotros no lo es para él. ¿No?
¿Cómo ser feliz?
A continuación os dejamos un 20 ideas o instrucciones que sólo con tenerlas presentes en nuestro día a día, pueden ayudarnos a ser más felices.
- Si algo no te gusta, dilo. Cuando algo nos genera algún tipo de malestar, resulta mucho más útil, informarlo de un modo asertivo, evitando con ello sentimientos de resentimiento, enfado o venganza.
- Vive tu momento presente. Es importante que nos centremos en lo que estamos haciendo ahora, pues el pasado ya no está y el futuro dependerá de lo que hagamos hoy.
- Si no entiendes algo, pregunta. Debemos tratar de no guardarnos nuestras dudas o inquietudes. Si desconocemos algo, preguntar siempre es una buena opción.
- Si quieres algo, pídelo. No hay que esperar a que adivinen nuestros deseos.
- Evita discutir. Piensa en las discusiones de tu último mes, ¿seguro que no has podido evitar ninguna?
- Si quieres ver a alguien, díselo. No esperes a que te llamen.
- Si quieres que te entiendan, explícate bien. Quedémonos tranquilos con nuestros argumentos, así el balón del entendimiento estará en el otro.
- Si te sientes culpable, háblalo y no busques justificaciones. Hablar los temas directamente hace que eliminemos cierta tensión que nos generará la justificación continua de nuestro comportamiento.
- Recuerda que cada uno tiene su opinión y su verdad y muchas veces no coincide con la tuya. Esta aceptación y reconocimiento de nuestra contribución al problema, es indicación de madurez emocional y puede crear una atmósfera totalmente diferente en los conflictos.
- Pensar sirve únicamente para dos cosas: para entender la realidad y para encontrar soluciones. De ahí que todo el tiempo de más que dedicamos a pensar sobre un problema o a darle vueltas a la cabeza, sea una pérdida de tiempo, además de facilitar que nuestro malestar aumente.
- En ocasiones tus problemas sólo están en tu cabeza. Plantearnos esta premisa puede facilitarnos ver los problemas con perspectiva y ser conscientes de un modo más objetivo de la magnitud del mismo, pudiendo por tanto adecuar nuestro malestar a la situación.
- La vida no es mala ni buena. Es un folio blanco sobre el que escribir cada día.
- Aprovecha y disfruta de cada momento. No sabemos cuando acabará.
- No esperes nada a nadie. Crearnos expectativas es una de las cosas que mayor infelicidad nos reporta.
- Nadie te debe nada. Actúa libremente y desde el corazón, sin esperar a que te lo devuelvan.
- Cuenta principalmente contigo mismo. Nacemos con nosotros mismos y del mismo modo morimos, todo lo que nos encontremos en el camino es un regalo.
- Ten paciencia y sé indulgente. Las prisas y la inflexibilidad son enemigos de la tranquilidad.
- Evita juzgar demasiado pronto. Todos llevamos una historia detrás.
- Si no estás de buen humor, pon más cuidado en tu comportamiento. Hay veces, como se suele decir que «no me aguanto ni yo». Es injusto hacer responsable a los demás de nuestro estado de ánimo. Tratar de analizarlo antes de actuar, nos puede evitar más de un conflicto.
- Date cuenta que hoy es el mejor día de tu vida. El momento es AHORA. No cuando acabemos la carrera, encontremos trabajo, nos vayamos de viaje o llegue eso que anhelamos.
Nuestra felicidad depende enteramente de nosotros mismos, de nuestra actitud y de cómo vivamos nuestra vida. Prueba a poner en práctica estas sencillas instrucciones para optimizar tu día a día y ser más feliz.
Fuente de la imagen: pinimg elpais
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