Cuando hablamos de la autoestima, nos referimos a la forma en que cada uno nos valoramos a nosotros mismos. Todos tenemos un concepto sobre nosotros mismos, lo que conocemos como autoconcepto. Se trata de una descripción de nosotros mismos, en las diferentes esferas: física, intelectual, personalidad, relaciones, rendimiento en el trabajo, etc. Las valoraciones e interpretaciones que hagamos de ese autoconcepto, están íntimamente ligado a nuestra autoestima.
Otro concepto importante es la autoaceptación. Es decir, reconocer y admitir todas nuestras partes, deseables y menos deseables, positivas y negativas, fortalezas y debilidades, aceptarlos como un bloque que nos hace humanos, únicos y valiosos.
En definitiva, se trata de la suma de cómo nos sentimos y de cuánto queremos nuestra apariencia, habilidades, capacidades, formas de ser, o conductas, cómo integramos las experiencias del pasado y cómo nos sentimos de valorados por los demás.
La autoestima es algo que vamos desarrollando desde que somos pequeñitos y nunca deja de evolucionar, cambiar, mejorar o deteriorarse. Está es continuo movimiento. Al igual que nosotros mismos. No es voluntaria, espontánea o natural. Proviene de las condiciones de vida y de lo que cada uno vamos experimentado en distintas situaciones de la misma.
A medida que vivimos y evolucionamos, vamos sacando aprendizajes que irán forjando nuestra autoestima.
Más adelante, en la adolescencia, empezamos a valorarnos en función de nuestro grupo de iguales y de acuerdo a los criterios culturales que imperen en ese momento: cánones de belleza, valor, osadía, capacidad para controlar a los demás, etc. Esta es una etapa crucial, ya que es donde forjamos nuestra propia identidad.
Ya en la edad adulta, la autoestima se vive como un juicio positivo o negativo sobre uno mismo. Al haber conseguido un entramado personal coherente o incoherente basado en los cuatro elementos básicos del ser humano: físicos, psicológicos, sociales y culturales. Así, va creciendo la propia satisfacción o insatisfacción, así como la seguridad o inseguridad, ante uno mismo y los demás. Es también una etapa crucial.
Este desarrollo de la autoestima va a conllevar numerosas implicaciones, ya que condiciona el aprendizaje, influye en la superación de las dificultades personales, mediatiza la personalidad, influye en las relaciones personales, determina la autonomía personal, e interfiere en la proyección futura de nuestra propia persona.
Es por ello, que es sumamente importante, contar con un desarrollo adecuado de la autoestima. No importa si en nuestra infancia o adolescencia no se reunieron todos los factores necesarios para que así fuese. En la etapa adulta también es posible lograr desarrollar las bases para una autoestima adecuada, que nos proporcione satisfacción y sentimientos de valía.
Recuerda, como dijimos al inicio de este artículo, la autoestima está en continua evolución junto a nosotros mismos. No dejes que se quede atrás.
*Aprovechamos para recomendaros la lectura de la entrada «Fortalecer mi autoestima: mi cuaderno de logros«. En ella, proponemos un sencillo ejercicio que ayuda a fortalecer nuestra autoestima. Esperamos que os guste.
Fuente de la imagen: Femeniname y juanmateo
Recuerda que puedes visitar más artículos en esta línea, en la sección psicología autoayuda y bienestar. Si lo que te apetece es reflexionar, encontrarás bonitos cuentos y fábulas en la sección para reflexionar. O bien, también puedes acceder a la sección de recursos, donde podrás encontrar guías muy útiles de diversas temáticas.
¡Anímate y navega por nuestro blog!
Y si quieres conocernos, no dudes en visitar nuestra web.
Si te ha gustado este artículo, compártelo 😉
El abuso psicológico a menudo se lleva a cabo a través de tácticas de manipulación…
¿Es posible estar siempre feliz? Vivimos en un mundo en el que está de moda…
Crecimiento postraumático A todos nos suena el concepto de resiliencia. Recordemos que se trata de…
Egoísmo saludable En la entrada de la semana pasada, hablábamos sobre el egoísmo saludable y…
Entendiendo el egoísmo sano Un tema muy recurrente en consulta es eso del egoísmo sano…
Emociones y discusiones peligrosas En ocasiones, las discusiones pueden llegar a ser peligrosas para nosotros,…