La dependencia emocional hace referencia a la forma de sentir y actuar de determinadas personas en las relaciones afectivas. Hay autores que hablan de adicción, otros de vacío y otros de necesidad. Nosotros apostamos más por ésta última. En palabras de Castelló J. (2005), “la dependencia emocional es la necesidad extrema de carácter afectivo que una persona siente hacia otra a lo largo de sus diferentes relaciones”.
Se trata de una necesidad porque va más allá de un deseo de compartir el tiempo con otra persona, o el amor en sí, que serían ejemplos de sentimientos positivos en un nivel adecuado.
La dependencia emocional, no sólo se da en las relaciones de pareja, sino que, podemos detectarla también en nuestras relaciones de amistad, compañeros, familia, en definitiva, hacia cualquier persona de nuestro entorno.
Las personas que mantienen un apego excesivo hacia el otro, tienen tendencia a acabar en relaciones tóxicas, pueden llegar a obsesionarse, no disfrutan de esas relaciones y terminan perdiendo su idiosincrasia.
A continuación, os dejamos algunas claves para dejar de ser dependientes emocionales.
En primer lugar, tenemos que saber detectar que somos dependientes emocionales. Algunas claves que pueden ayudarnos son:
Una vez que me he dado cuenta de que soy dependiente, voy a tratar de recorrer hasta donde mis recuerdos alcancen, para buscar todos y cada uno de los comportamientos que he realizado movido por esa necesidad.
Muchas veces, caemos en el error, de ir volcándonos tanto en la relación, que progresivamente perdemos el contacto con las amistades, dejamos de acudir a los encuentros con ellos, incluso en algunos casos, llegamos a perder el contacto teléfonico.
Aunque mantengamos una relación, tenemos que intentar preservar nuestro espacio. Hacer cosas solos, o con amigos, desarrollar algún hobby,…al menos, una vez a la semana, tendríamos que obligarnos a realizar algo sin nuestra pareja, aunque sea un paseo o tomar un café. Cuanto más te acostumbres a ello, más te darás la oportunidad de disfrutar de tu propia compañía.
Quizás sea este el punto clave y a la vez, más difícil de trabajar para estar más cerca de la independencia emocional. El punto de partida de la dependencia emocional, es una autoestima baja. Es por eso, que es muy importante reforzar nuestra autoestima. Ya que, cuando aprendemos a querernos a nosotros mismos, aprendemos a querer a los demás.
Fuente de la imagen: mariasunico
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