Codicia y autoengaño

Codicia y autoengaño   Un viajero hambriento llegó a una casa en el camino. Llamó a la puerta y, cuando le  abrieron, pidió de comer. Pero allí habitaba una familia de corazón duro y poco piadosa. -Si quieres comer, ¿por qué no trabajas? -le contestaron. -Os equivocáis -contestó el viajero-, sólo deseaba averiguar si erais…
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