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Celos normales o patológicos

Celos normales o patológicos

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celosCómo saber si mis celos son «normales» o patológicos

Resulta muy difícil establecer los límites entre celos «normales» y patológicos o enfermizos.

Se suele considerar, que si quieres a alguien es normal sentir celos. Es más, si la otra persona no los experimenta, se puede llegar a pensar que no nos quiere de verdad. Pues bien, la realidad es muy diferente.

Querer a alguien no tiene que ver con la inseguridad, desconfianza o control. Amar tiene que ver con la confianza y el respeto mutuo. Amar tiene que ver con sentirte segura o acompañado, aun no teniendo a la persona presente.

El amor sano acepta al otro sin condiciones, siendo generoso. Permitir su individualidad en equilibrio con la tuya, es la mayor muestra de amor incondicional hacia el otro.

No obstante, sentir celos ante ciertas situaciones puede considerarse como una emoción normal, ya que son frecuentes entre la población y como norma general no deben constituir un problema psicológico. Visto desde esta normalización, pueden reflejar la preocupación por la anticipación de la posible pérdida de alguien a quien queremosla retirada de atención hacia nosotros de esa persona, o bien, el temor a una infidelidad.

Por ejemplo, podría llegar a ser comprensible que nos podamos sentir mal ante la presencia de un amigo o amiga de nuestra pareja, al que o la que empieza a prestarle más atención. Pero, de ese sentimiento de malestar, a tratar de controlar a nuestra pareja, intentar que deje de ver a su amigo o amiga, tener discusiones frecuentes, hay una gran diferencia.

Además, queremos hacer la aclaración de que no hablamos de celos sanos, puesto que el que sean considerados «normales», no quiere decir que sea una emoción, que en sus diversas formas de expresión, pueda considerarse sana, ya que es una emoción desagradable y puede conllevar problemas.

preocupacion por la perdidaEsta preocupación por la posible pérdida, puede conllevar, cierto temor a que intime con otras personas, a la infidelidad, a realizar preguntas acerca de con quién está o con quién habla, y reportar problemas en la pareja, en forma de pequeñas discusiones, sin ser intensas y sin que produzcan malestar en alguno de los miembros. Estos celos son puntuales y pasajeros. Pero así, es como empiezan a ser un problema.

Los celos se vuelven patológicos o enfermizos cuando la emoción tiene su origen en un deseo desmedido por poseer algo de forma exclusiva, de uno y de nadie más, y a los que subyace la infidelidad (real o imaginaria) de la persona que uno ama. Los celos patológicos se encuentran condicionados por un sentido desmesurado de propiedad y de exclusividad.

Hay una serie de pensamientos arraigados en la persona que experimenta celos patológicos:

  • Si no siente celos es que no me quiere.
  • No puedo soportar que mi pareja no me demuestre su amor como yo lo hago.
  • Debe quererme mucho y en todo momento.
  • Mi pareja me pertenece.
  • Mi pareja debe de estar sólo conmigo.

Estos celos enfermizos generan un intenso malestar en las personas que los experimentan, ansiedad, miedo, la preocupación llega a obsesionarle e interferirle en actividades, realiza comportamientos para ejercer control sobre esa preocupación y comprobar que no ocurre eso que piensa, aparecen frecuentemente discusiones con la pareja, etc.

El mecanismo interno que subyace en los celos patológicos es el siguiente:

→ La situación (no se dónde está, con quién está, no me contesta al WhatsApp, etc.), dispara una serie de pensamientos (estará con alguien, con quién estará hablando, etc.), que evocan ansiedad y temor (emoción) en la persona, junto con una interpretación altamente sesgada de los hechos (me está poniendo los cuernos) lo que conlleva la realización de comportamientos compulsivos (mirar la hora del WhatsApp, si está su coche, llamar a X para ver si están juntos, etc.) para ejercer control sobre la situación y obtener una liviana y poco duradera tranquilidad.

celos patologicosEstos comportamientos compulsivos, actúan reforzando toda la cadena antes descrita. Ello hace que cada vez se necesiten realizar más comportamientos para ejercer control y buscar tranquilidad. En este punto, es donde introducimos la atención por parte de la pareja (preguntarle con quién está, qué hizo ayer, mirar su teléfono y redes sociales, etc.) lo que ocasiona discusiones entre la pareja y el consiguiente desgaste de la misma.

Toda esta explicación, constituye la pauta genérica desadaptativa, característica de los celos enfermizos.

Si esto es así, ¿cómo podemos controlar los celos?

  • Lo más recomendable es analizar si tenemos razones reales para experimentarlos. Para realizar este análisis, nos podemos ayudar de una tercera persona imparcial y objetiva. También podemos analizar las pruebas a favor y en contra de esas razones. Y, si vemos que sigue siendo así, lo ideal es hablarlo con nuestra pareja.
  • Evitar realizar los comportamientos compulsivos antes descritos.
  • Evitar las fantasías asociadas a la situación.
  • No atosigar a nuestra pareja intentando buscar evidencias.
  • Evitar tomar decisiones precipitadas.
  • Fomentar nuestra autoestima.
  • Potenciar nuestra vida personal ajena a nuestra pareja.
  • Promover el diálogo positivo en la pareja y la confianza.

Hemos descrito cuándo los celos se vuelven un problema, qué son los celos patológicos, cómo funcionan, algunas pautas para superarlos, pero lo ideal, es aprender a prevenirlos.

Es por ello, que es importante tener presente ciertas señales de alarma, que pueden indicarnos que los celos están empezando a volver un problema:

  • Si empezamos a tener la necesidad de controlar los movimientos de nuestra pareja
  • Cada vez aguantamos menos a sus amistades
  • Pensamos constantemente que está haciendo nuestra pareja
  • Desconfiamos de nuestra pareja

Son algunas de las señales de alerta, que pueden informarnos sobre la inminente aparición de los celos.

amor saludableEn definitiva, todo esto de lo que venimos hablando, puede traernos consecuencias indeseadas. En primera persona, hace que experimentemos emociones muy desagradables e intensas, que conviertan nuestro día a día en una pesadilla. Y en pareja, puede llegar a deteriorarla hasta el punto de hacer imposible su permanencia.

Por tanto, no debemos caer en el error, de banalizar los celos, bajo la premisa de que «si queremos a alguien es normal experimentarlos», puesto que, como decíamos al inicio, no hay mayor prueba de amor incondicional que preservar el equilibrio entre nuestra individualidad y la de nuestra pareja.

Fuente de la imagen: amorfm, rincondeltibet, okdiario y files.

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